lunes, 3 de agosto de 2015

La Pepita de oro

Atribulados por la comodidad de la vida moderna ahora nos venden la sandía rojiza y oronda de toda la vida sin pepitas…No solo es que le echen todo tipo de fertilizantes, abonizantes, edulcorantes, anabolizantes, justificantes y otras sustancias dopantes sino que además le ponen un pegatino bien grande en el mismísimo corazón de la epidermis verdiforme donde nos anuncian la llegada de la Buena Nueva, “Señores y Señoras, ustedes van a comprar una sandía libre de pepitas…”. Ya puestos, propongo a la OSLP (Organización de Sandinistas Libre de Pepitas) que para la próxima temporada el crepúsculo fruto veraniego adopte diferentes formas frigoríficas, que el pellejo cambie de color según la luz del día, que la savia que desprende incorpore un enjaguador bucal y un detergente por si entra contacto con el ropaje, y cómo no, que cada medio millón de sandías haya una que incluya una pepita de oro, y así motivamos al consumo que está la cosa mu malita…

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